Ayer, 16 de abril de 2024, la Oficina para la Resolución de Anomalías en todos los Dominios (AARO) publicó en su página web los documentos relativos al programa Kona Blue, ahora desclasificado.

En un lacónico mensaje la AARO, actualmente dirigida por Tim Philips, teniente coronel retirado de los marines, nos dice:

“La Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) tuvo conocimiento por primera vez del programa KONA BLUE a través de entrevistas realizadas como parte de su revisión histórica. Múltiples entrevistados identificaron KONA BLUE como un compartimento sensible del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) establecido para proteger la recuperación y explotación de “biológicos no humanos.” AARO investigó la información proporcionada por los entrevistados y averiguó que KONA BLUE era un Programa de Acceso Especial Prospectivo (PSAP) que se había propuesto a la dirección del DHS, pero que nunca se aprobó ni se estableció formalmente. KONA BLUE nunca recibió material ni financiación, y no existe más información que la presentación de la propuesta marcada con el nombre KONA BLUE.”

KONA BLUE, la etiqueta que faltaba

Lo cierto es que los ufólogos no sabían nada del programa Kona Blue, hasta que la primera parte del Informe Histórico presentado por AARO el 6 de marzo de 2024. En múltiples entrevistas el empresario Robert Bigelow ha declarado que en cierto momento su intención dentro del programa AAWSAP fue conseguir material de procedencia exótica que estaba en posesión de otros emporios empresariales, en concreto señalaba a Lockheed Martin, la conocida firma aeroespacial. Sin embargo, en ningún momento se llegó a declarar que se había intentado crear un programa concreto para esta cuestión. AARO puso nombre a esta operación, que aparentemente no llegó a producirse: KONA BLUE

El programa quería financiarse con fondos reservados estimando un gasto inicial entre 12 a 15 millones de dólares, que se vería incrementado anualmente en función de las necesidades. Una auténtica millonada que, una vez más, Bigelow quería desviar de los fondos públicos, redirigiéndolos hacia su empresa, Bigelow Aerospace, contratista del gobierno.

Todo es dinero

Kona Blue nos ayuda a establecer la imagen general y entender mejor lo que realmente está ocurriendo en Estados Unidos en relación a la actual desclasificación UAP. Veámoslo un poco más en detalle, situando los diferentes movimientos en la línea de tiempo.

Robert Bigelow

Hacia 2010 el programa AAWSAP se cierra. Este programa, apadrinado por el agente James T. Lacatski,  de la DIA y gestionado burocráticamente por el senador Reid, servía para reconducir hasta 20 millones de dólares a Bigelow Aerospace. En teoría era para el desarrollo de tecnología avanzada, pero básicamente sirvió para alimentar lo que estaba haciendo Robert Bigelow y su gente en Skinwalker Ranch.  Sin tratar de enjuiciar la veracidad de lo descubierto por esta gente (no es el objeto de este análisis), lo cierto es que todo el circulo de Bigelow, Reid, Lakatski y Putoff estaban muy motivados. En algún momento en aquel periodo llegaron a la conclusión de que Lockheed Martin estaba en posesión de material exótico cedido por el gobierno.

Como en aquel momento estaban en una posición de fuerza como contratista del gobierno, deciden lanzar Kona Blue para pasar a gestionar ellos directamente el material exótico. 

En este sentido el propio Bigelow ha reconocido que realizó grandes inversiones para desarrollar instalaciones subterráneas que permitieran la gestión apropiada del material exótico.

Pero de repente se dan cuenta que los contratos se acaban y con ellos AAWSAP y por extensión su transformación en Kona Blue. También podemos apuntar que todo se fue al garete justo cuando apuntaron a Lockheed Martin. 

Como quieras que fuera, ellos estaban convencidos de que Lockheed Martin guardaba algo, habían hecho grandes inversiones, y pese a todo se habían quedado fuera de juego.

Es al poco cuando aparece este extraño engendro que es la Academia de las Estrellas , en el que Hal Putoff aparece como fundador, y que comienza a absorber gente influyente como Cristopher Melón, perteneciente a una familia como n amplios contactos además de haber ejercido dentro del Pentágono con un papel relevante.

El interés de la Academia de las Estrellas es claro. Que se libere el secreto ovni. Lo que no se veía tan claro es el interés económico que había detrás de ello.  El mecanismo se pone en marcha en 2017, con los artículos en el Washington Post y los vídeos favorecidos y liberados por Lui Elizondo, que no era más que un subalterno de AAWSAP y Lakantski. Elizondo también   también de la órbita de Bigelow y finalmente también dió el salto a la Academia de las Estrellas. 

La operación a mí entender es clara. Bigelow (en lo cierto o no) había intentado conseguir el material exótico para obtener ventaja industrial de manera encubierta. Una vez que no podía acceder a esa información, decidió romper la baraja. El objetivo no es otro que se libere ese material para que la ventaja competitiva no esté solo en una empresa. Al menos así creo que lo ve Bigelow.

Es decir, el motor que está moviendo a esta desclasificación y los intentos para que está no se produzca son de índole económica.

Senador Schumer

Un ejemplo de esto lo tenemos en la enmienda a la Ley de Defensa que el senador Schumer trató de incluir a finales del año pasado. Si analizamos la enmienda vemos que lejos de intentar revelar el secreto, el eje central de esta ley era en realidad una expropiación de material y tecnología a empresas de Estados Unidos. De hecho, planteaba un tiempo límite para que estas empresas revelaran sus posesiones exóticas. Es decir, cumplir el objetivo de Bigelow de que se elimine la ventaja empresarial.

Todas estas piezas nos tienen que ayudar a poner en perspectiva todas las piezas que tenemos del puzle. Entenderemos así las razones de los grupos de presión que actualmente están actuando en el senado, unos a favor de la desclasificación y otros dispuestos a continuar con esa supuesta ventaja tecnológica.

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Autor

  • Antonio Salinas Cervi

    Antonio comenzó a investigar los fenómenos anómalos desde muy niño, especializándose en la investigación ufológica. Su perspectiva ha sido siempre crítica y racionalista, aunque no negacionista. Piensa que cada caso debe ser investigado hasta sus últimas consecuencias, pero que eso no puede conducir a inventar respuestas, ya sea en uno u otro sentido. Pronto se unió al Consejo de Investigadores Ufológicos Españoles, donde aprendió las técnicas de la investigación de campo de veteranos como Ramón Navia. Antonio Salinas desarrolló el Proyecto CATAGRA, una catalogación sistemática de los avistamientos OVNI ocurridos en la provincia de Granada. Participó en la fundación de la S.I.B., desarrollando estatutos y reglamentos y toda la documentación necesaria.

    AnTonio Dalinas Cervi exodisea@gmail.com

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